SANTA KATERI TEKAKWITHA, EL «LIRIO DE LOS MOHAWKS»
Primera mujer indígena en ser canonizda, Santa Kateri Tekakwitha nace en 1656 en las orillas del río Mohawk del Estado de Nueva York. A los cuatro años de edad, una epidemia de viruela se lleva a toda su familia y la deja con secuelas en su visión y un rostro marcado por dicha enfermedad. Kateri es entonces educada por su tía y su tío, el chef Mohawk.
Después de la epidemia, su comunidad se desplaza al otro lado del río, a Caughnawaga, lugar donde ella conoce a los misioneros jesuitas. Sufre en extremo la persecución a la que fue sometida por parte de su familia y de los miembros de las tribus que están en contra de la cristianización de los nativos americanos. En 1676, es bautizada bajo el nombre de “Catherine” o “Kateri” en Mohawk. Al siguiente año, temiendo por su seguridad, se fuga y se refugia en la Mission Saint-Francois-Xavier de La Prairie gracias a la ayuda de los misioneros jesuitas que la envían con una nota donde explicaban su gran devoción a Dios y la identifican como “La preciada Kateri Tekakwitha”.
La iglesia de la misión se vuelve casi su casa. Alma piadosa, ella reza y ayuna para que su pueblo reciba la Buena Nueva. Tres años más tarde, en 1680, pierde la vida a la edad de veinticuatro años. En menos de un cuarto de hora, su rostro recobra una belleza deslumbrante. Gracias a su intercesión, en toda la Nueva Francia, nativos y colonos reciben desde entonces favores celestiales y hasta milagros.