MARGUERITE D’YOUVILLE, UNA MUJER DE FE CON UN CORAZÓN SIN FRONTERAS
Santa Marguerite d’Youville dejó una huella imborrable en el desarrollo de instituciones de salud en Quebec, en Manitoba así como en otras partes de América del Norte. Con justa razón, ella entró al Salón de la Fama de la Medicina Canadiense en 2003.
Marguerite nació el 15 octobre de 1701 en Varennes. Proveniente de una familia adinerada, queda viuda a los 29 años de edad con dos hijos a su cargo y muy endeudada. Ella paga sus deudas y se orienta hacia una vida de oración y de servicio a los enfermos y a los pobres a quienes recibe de primera instancia en su propia casa.
En 1731, al lado de tres compañeras, ella hace sus votos privados lo que daría las bases a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Montreal, conocidas como las Hermanas grises. Marguerite enfrenta la hostilidad de la alta sociedad, incluyendo a los miembros de su familia. En 1747, toma la dirección del Hospital General de Montreal que se encuentra en ruinas renovándolo con el fin de atender a pobres y a niños abandonados, permaneciendo en la dirección de dicho hospital hasta su muerte en 1771. Seis congregaciones religiosas seguirán los pasos de la “Madre de la caridad universal” que fue beatificada en 1959 y proclamada santa en 1990. Una frase dicha por las personas de su época ilustra propiamente aún en nuestros días su obra: “Vayan con las Hermanas grises, ellas no niegan nunca nada”.